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Paola

Impresiones de Japón


Japón es inolvidable en muchos sentidos. Seguro que la mayoría de las personas que han tenido la oportunidad de visitarlo estarán de acuerdo conmigo.

Visité Japón en Mayo del 2017, pero aún lo recuerdo como si fuese ayer. El confinamiento de las semanas recientes me ha hecho abrir el archivo de mis viajes más preciados, y me encontré con un par de fotos que me hicieron recordar los momentos más memorables del viaje. Como dicen por ahí, recordar es volver a vivir.

Tokio es por supuesto el punto donde iniciamos la aventura. Con sus más de 38 millones de habitantes, es una ciudad llena de contrastes. Hay partes conurbadas muy modernas y cosmopólitas como Shinjuku, y otras partes más tradicionales y conservadoras, como Asakusa.

Recorrí el país por 17 días, y aunque no fué fácil decidir, me gustaría compartir los 10 lugares que más me impresionaron y que definitivamente recomiendo visitar, no importa la época del año. La lista no es exhaustiva y tampoco está en modo ranking, simplemente segui el mismo órden en el que visté los lugares.

  1. Tokio: Templo Sensō-ji, Asakusa

Inicié mi recorrido por las calles de Tokio visitando el templo Sensō-ji, el cual se encuentra localizado en la región de Asakusa. Es uno de los templos Budistas más antiguos de la ciudad (fundado en el año 645 D.C), pero también uno de los más visitados por los turistas. El templo está rodeado por un mercado artesanal donde puedes comprar todo tipo de cosas: ropa, accesorios, comida, recuerdos turísticos de todo tipo. La arquitectura es simplemente impresionante. El color rojo vivo del templo, acompañado de detalles en color oro, hacen un contraste muy interesante con los alrededores de la región.

2. Tokio: Torre Skytree, Sumida

A unos cuantos kilómetros de distancia del templo Sensō-ji , se encuentra también la famosa torre “Skytree”. Esta torre es una de las estructuras más altas en todo Japón y en el mundo. Con sus 634 metros de altura, sólo es superada por la Burk Khalifa en Dubai (ca.830 metros de altura). Esta torre solía ser una emisora de radio y televisión local, pero actualmente ya no cumple esta función. Ahora es un centro de entretenimiento y museo, además de contar con un centro comercial en la base de la torre. Las vistas panorámicas desde la parte más alta son espectaculares:

3. Tokio: Shinjuku City

Shinjuku no necesita carta de presentación. Es una de las regiones más populares de Tokio, por ser el centro comercial y de negocios más importante del país. La experiencia de caminar entre las calles repletas de color neón y anuncios panorámicos luminosos de todos colores y sabores, es algo imperdible. Además de todas las tiendas inimaginables, en esta región se encuentran multitudes de bares y restaurantes, además de clubs. Algo que me llamó mucho la atención al caminar por las calles de Shinjuku es observar el streetwear de los Japoneses. Si quieres saber qué es lo que esta de moda en el momento, sólo es cuestión de ir a echar un vistazo en cualquier callecilla de este barrio. También te encuentras con modas que son bastante alternativas, como el “lolita style” en las mujeres.


4. Tokio: Palacio Imperial, Chiyoda

A pesar de que Tokio es una ciudad muy dinámica y poblada, aún puedes encontrar lugares donde se respira paz justo en medio de la ciudad. Si necesitas un break y simplemente admirar arquitectura típica de la época del Japón imperial, visitar el palacio de la familia imperial es una buena opción. En los alrededores del palacio se encuentra también un museo y jardines preciosos donde se pueden tomar excelentes fotografías estilo vintage. Se dice que la familia imperial habita este palacio desde hace más de 1,500 años. La entrada al palacio en sí está cerrada al público por razones de privacidad a la familia, pero se pueden visitar los jardines externos.



5. Kamakura: Templo Kotoku-In (Templo Budista)

Uno de los más famosos templos Budistas cerca de la ciudad de Tokio. Mi experiencia en encontrar este templo fué un tanto interesante. Tomando la línea de metro Yokosuka, nos dirigimos primero hacia el templo Engaku-In, el cual es uno de los templos Budistas Zen más importantes de Japón. Justo en la misma línea de metro justo a unas cuantas paradas de distancia, se encuentra la estación de Kita Kamakura. Toda esa región de Kamakura está llena de templos muy interesantes, así que decidimos tomar el recorrido a pie desde el templo Engaku-In hasta el templo Kotoku-In. La distancia entre los dos templos es de aproximadamente 5 kilómetros, o cerca de una hora caminando. Para llegar al templo del gran Buda, había que caminar también a través de las montañas. Siguiendo las señales, nos tomó cerca de dos horas en llegar. Lo chistoso es que al momento de llegar al templo, nos dimos cuenta que la misma línea de tren que nos dejó en Engaku-In ( tomando la línea Kamakura) nos pudo haber dejado en el templo Buda en menos de 10 minutos. En fin, la experiencia de caminar entre las montañas de la región también fué una experiencia muy interesante e inolvidable. Hasta nos encontramos con árboles de bambú!






6. Kyoto: Templo Fushimi- Inari

Si eres fan de los típicos santuarios japoneses con estructuras cuadradas y de un color rojo intenso, este templo te fascinará. De hecho es uno de los lugares en el top de la lista para visitar en todo el país. Básicamente es un templo espectacular hecho de miles de pequeñas entradas o “torii”, las cuales están esparcidas una tras otra guiando la entrada hacia la parte pincipal del templo, la cual se encuentra en la cima de la montaña Inari de 233 metros de altura. El templo comenzó a ser construído en el año 733 D.C, pero las estructuras actuales se terminaron hasta en 1499. La caminata hasta el templo principal es de 4 kilómetros y dura aproximadamente 2 horas.

Todos los caminos hacia el templo principal están adornados por estas pequeñas compuertas. El templo está abierto todos los días y se puede visitar de día o de noche. Yo fuí durante el día porque quise apreciar los detalles de las miles de compuertas. Caminar a través de ellas fué una experiencia muy especial, muy única. Es como entrar a otro mundo místico, y te sientes como en un laberinto sin salida, pero mantienes la esperanza de que te espera una gran recompensa al llegar a la cima. La caminata me recordó al clásico dicho: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.




7. Kyoto: Templo Tō-ji y callejón de Geishas

Kyoto en general me pareció una ciudad hermosa. Cási en cualquier callejón te encuentras con algún templo, monumento histórico, museo, o simplemente caminar por las callecillas con viviendas típicas es algo sin igual. Una parte que me pareció muy interesante recorrer a pie es el distrito de Gion, mejor conocido como el barrio de Geishas. El barrio sigue conservando su estilo tradicional de la época de los 50´s en donde se podían ver numerosas casas de té o “ochayas”. Estas casas son generalmente de madera y bambú y mantienen un aspecto robusto y simple. Si tienes suerte, es posible que te encuentres con alguna Geisha o Maikos (aprendiz de Geisha) caminando hacia alguna casa de té. Si alguna vez leíste “Memorias de una Geisha”, visitar este barrio te recuerda vívidamente a los episodios en donde Chiyo (la protagonista) recorría las callecillas oscuras de Gion escapando de su Okiya para realizar su oficio.

Dentro del distrito de Gion también está el templo Tō-ji. Es considerado un tesoro nacional por su arquitectura única y su historia. Es un templo Budista que data de la época de 1643 D.C y fué construido durante el período Heian. La torre Pagoda es uno de los edificios hechos totalmente de madera más altos de Japón. La entrada es restringida para ocasiones especiales, y en su interior cuenta con reliquias, esculpturas y pinturas de la época.





8. Hiroshima: Memorial Park

Para los amantes de la historia, Hiroshima es un must do. Todos recordamos una de las tragedias más impactantes de la segunda guerra mundial: El primer ataque de bomba nuclear de los Estadounidences contra los Japoneses. La víctima: Hiroshima y Nagasaki. Fué una mañana del 6 de Agosto de 1945. Los habitantes de Hiroshima recibían los rayos de luz de la mañana y se preparaban para un día más, común y corriente en la ciudad: Ir a trabajar, acudir a la escuela y seguir con el día a día. Jamás se imaginaron que aquella mañana, iba a cambiar sus vidas para siempre.

Tan sólo tenía 8 años, cuando la bomba impactó los suelos de mi ciudad. Mi hermana mayor tenía 12 años. Esa mañana ella salió temprano para ir a trabajar y nunca regresó. Mis padres la buscaron por meses y meses. Nunca encontraron sus restos. Mis padres se negaron a mandar una notificación de obituario hasta el día de su muerte, con la esperanza de que ella estuviera sana y salva en algún lugar, de alguna forma. Yo también fuí afectada por la radiación y vomité profusamente después del ataque. My cabello se cayó, mis encías sangraban y estaba demasiado enferma como para ir a la ecuela. Mi abuela lamentaba ver el sufrimiento de sus hijos y nietos y siempre rezaba- Qué cruel, que demasiado cruel, si sólo hubiese sido por el pika-don (nombre fonético de la bomba atómica)(…) esta fué la frase que repitió hasta el cansancio hasta el día de su muerte“.- Emiko Okada, 80 años- Victima del Bombardeo en Hiroshima (Testimonies).

Memorial Park es un parque localizado en el centro de la ciudad de Hiroshima. En él se encuentran los restos una de las estructuras de edificio que sobrevivieron el bombardeo nuclear de 1945. Le llaman “A-bomb Dome” ya que es uno de los pocos edificios que pudo mantenerse a pie a pesar de estar cerca del epicentro de donde cayó la bomba. Ahora sus restos son parte del patrimonio cultural de la humanidad de UNESCO por representar “Un símbolo de horror por el uso de armas nucleares y petición de la humanidad por paz” (Hiroshima Peace Reader)

Al caminar alrededor de las ruinas, y observar cómo la ciudad se ha levantado desde entonces, me dejó una muy fuerte impresión. Observar a la gente caminando hacia sus destinos, niños tocando música en los alrededores, ver los edificios modernos, las calles… parece como si esta ciudad nunca hubiese estado alguna vez en las ruinas totales. Lo único que queda como recuerdo de ese día fatal es este Duomo, en el corazón de Hiroshima, como recordatorio de un evento que nunca debería repetirse en la historia de la humanidad.

En el mismo parque, se encuentra el museo en memoria de la Paz de Hiroshima. La exhibición consiste en relatar los hechos históricos alrededor de este trágico día. También se exhiben historias y artefactos de gente local que vivió en Hiroshima en aquel entonces y fueron víctimas del suceso.






9. Uji (Región de Kyoto): Templo Byōdō-in

En la ciudad de Uji, localizada a 30 minutos de Kyoto, se encuentra el palacio Byōdō-in, un hermoso templo Budista que pertenece a uno de los tesoros nacionales de Japón. El templo tiene más de 1,000 años de antiguedad, aunque se ve impecable. Dentro del museo se puede apreciar la estatua Buda Amida . En los alrededores del templo se encuentra un parque lleno de flores y pequeños lagos, lo cual hace que este parque parezca sacado de un cuento de hadas.

La pequeña ciudad de Uji es famosa también por ser una de las regiones en donde se produce el mejor té matcha del país. Caminando por las calles y mercados de la ciudad, puedes encontrarte con todo tipo de tiendas, restaurantes y estantes en donde puedes comprar té matcha o alimentos hechos a base de él como pasteles, helados, panes, bebidas entre otras cosas.



10. Nara: Parque Nara y templo Kofukuji

Si estás cerca de Kyoto o Nagasaki, vale la pena visitar la ciudad de Nara, especialmente el parque el cual se encuentra a las faldas del templo Kofukuji. Este parque es público y uno de los más antiguos de Japón. Algo muy especial de este parque además de su hermosa biodiversidad, es que en él habitan más de 1,200 venados que caminan libremente por los alrededores.

En los mismos alrededores del parque se tiene acceso al templo Kofukuji, el cual también está considerado como uno de los templos más valiosos de Japón. Dentro la galería se encuentran varias estatuas Budas gigantes, siendo el Buda de oro una de las más impresionantes.






Otras impresiones

Por supuesto que Japón es mucho más que una recolección de templos Budistas. También puedes encontrar muchísimas áreas con paisajes naturales de increíble belleza, y además encontrarte con centros comerciales ultra modernos, lugares para jugar videojuegos, restaurantes y bares de todo tipo.

La comida en Japón es otra de las maravillas del país. La gastronomía es variada: puedes encontrar desde lo más exquisitos cortes de carne Kobe, hasta el pescado más fresco recién sacado del mar en el mercado de pescados en Tokio. También probar deliciosos Sushimi´s, y mi pasta favorita Soba. En cási cualquier esquina encuentras restaurantes en donde preparan comida japonesa fresca.


Para finalizar, tengo que confesar que lo que más me impresionó del país es definitivamente, su gente. A pesar de que en ciudades como Tokio pareciera que todo mundo va de prisa, sin siquiera voltearte a ver, la verdad es que me impresiona el respeto y la delicadeza con la que se tratan los unos a los otros. En áreas congestionadas como en el metro en horas pico o en largas filas para tomar el tren, la gente siempre mantuvo distancia y hacían filas ordenadas, dejando salir primero a la gente que salía del metro y después entrando ordenadamente. En todas las tiendas y restaurantes que entré, siempre hubo una cara amable, y me parecía que todo lo que hacían, el mesero tomando nuestra órden, el dependiente de la tienda poniendo en una bolsa nuestras compras, el taxista que nos llevaba de un punto a otro; todos me dejaron la impresión de que cuidan hasta el más pequeño detalle en la atención al cliente. La sonrisa, los comportamientos y los gestos… todo parecía estar inmaculadamente bien pensado. Nunca había observado algo así. Es algo que me dejó una impresión muy fuerte y grata y lo recuerdo hasta hoy.

Japón me dejó con muchas experiencias de las cuales aprendí algo valioso: Los detalles lo son todo. No cabe duda, que Dios está en los detalles. Está en cada piedra y grano de arena del mar. En los corazones de los hombres que construyeron tan impresionantes templos, en los cocineros que se esmeran cada día en preparar los guisos más exquisitos. En la paz que se respira en los parques. En la sonrisa de los niños. En la esperanza y fuerza de voluntad de una sociedad que se levanta hasta de las tragedias más horribles.

Algo está claro, tengo que volver 🙂

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