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Paola

Mapas mentales: ¿Qué son y cómo pueden ayudarnos en tiempos de incertidumbre?





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Queridos amigos,

No es novedad a estas alturas, decir que estamos viviendo momentos de incertidumbre y ansiedad como sociedad en todo el Mundo.

Los medios nos han abordado con tanta información acerca del virus COVID-19 que estamos a punto de sufrir un “Síndrome de fatiga crónica de la información”. Es tanta la información que recibimos día a día, que he llegado a pensar nos esté afectando:

  1. Nuestra capacidad de sueño

  2. Nuestra concentración

  3. Nuestro propio sistema inmunológico

  4. Nuestra capacidad de pensar con claridad y tomar decisiones

Ante tanto pánico colectivo, es difícil saber diferenciar la realidad de la ficción. ¿Quién nos está diciendo la verdad?, ¿Quién nos está mintiendo?, ¿Qué opinión tomar en cuenta o cuál no?, ¿Qué hago con tantos números y estadísticas (en el mayor de los casos) fatalistas?

¿Valdrá la pena realmente detener toda la actividad social y económica por una propagación de gripe viral?, ¿Qué tan grave realmente es la situación?

Con tanto bombardeo de información, opiniones de todo tipo y con la rapidez de propagación, es necesario tomar medidas radicales en la manera en la que estamos procesando toda esta información y cómo podemos manejarla de forma que nos ayude a tomar mejores decisiones, con mayor claridad y que se adecúen mejor a nuestra propia realidad.

Ahí es donde entran en juego nuestros mapas mentales. Los mapas mentales, son como “Guías internas” que se han formado en nuestro cerebro, en base a una combinación de experiencias del pasado, creencias y modelos de comportamientos que se han establecido y que forman parte de lo que llamas tu personalidad. Estos mapas mentales, filtran las informaciones que recibes de forma directa e indirecta de estímulos externos (i.e. el medio ambiente que te rodea, la gente que tratas, la información a la que pones atención en los medios, las instituciones en las que crees, etc.).

 Estos mapas son los responsables de cómo reaccionamos a las experiencias a la que nos enfrentamos en el día a día, y la mayor parte de las personas no estamos conscientes de ello. Los mapas mentales trabajan en piloto automático. Son como parte de nuestro Software, y los responsables, creadores número uno de nuestros hábitos.

Normalmente, estos mapas mentales nos ayudan muy bien a lidiar con nuestro día a día, pero, ¿Qué pasa cuando tenemos que enfrentar una situación de mayor complejidad, cuyo alcance es mucho mayor a nuestra propia capacidad de entendimiento?

Estos momentos son ideales para cuestionarnos si nuestros propios paradigmas y mapas mentales nos están ayudando o al contrario, nos están generando más miedo e incertidumbre ante situaciones de mayor complejidad.

La mejor manera de empezar a cambiar nuestros paradigmas y mapas mentales, es cuestionarnos: ¿Cómo podemos ver esta situación de forma diferente?, ¿Cómo puedo ver al mundo desde una perspectiva más elevada, más allá de mis propios mapas mentales?

Cambiar un mapa mental no es fácil, pero con un poco de disciplina y la voluntad de querer elevar el nivel de entendimiento de las cosas a una perspectiva más alta, es posible lograrlo. Robert Gunther en su libro “El poder del pensamiento imposible”, muestra varias técnicas como las siguientes:

  1. Busca las opiniones e informaciones de los radicalistas: ¿Cuáles son las opiniones e informaciones que contradicen al “flujo corriente” de información que se está propagando en el medio común?, ¿Qué es lo que ellos están viendo, que tú no ves?

¿Qué puedes aprender de ellos?

  1. Observa detenidamente a tu alrededor y trata de descubrir cosas nuevas: Charles Darwin era un gran observador de su entorno. Se dice que mantenía meticulosamente sus notas acerca de cada experiencia y cada observación, por más detallada que sea y ello lo llevó a conectar niveles de información y crear patrones que más tarde lo llevaron a desarrollar la famosa teoría de la selección natural.

  2. ¿Qué estás observando a tu alrededor? Fuera del flujo y de la información, ¿Cómo se ve tu realidad a la luz del día?, ¿Qué observas en las calles, en los parques, en tu comunidad? ¿Cómo estás viviendo tu propia experiencia?

  3. ¿Cómo puedes ampliar tu perspectiva y capacidad de observación más allá de tu educación, del lugar donde vives, o de la cultura que crees que te caracteriza, para ver perspectivas más amplias de la situación?

  4. Reconocer barreras: ¿Cuál es la motivación que te hace seguir ciertas creencias sobre otras? ¿Cuáles son las barreras en el mundo que te rodea, las cuales no te dejan ver más allá de tus propias visiones y creencias?

  5. ¿Cómo sería una manera diferente de ver las barreras, de forma que te permitan ver más allá del supuesto mundo que esta en este momento formando tu realidad?

  6. Destruye tus mapas mentales antiguos: Ciertas situaciones nos fuerzan a actuar de manera en la que nunca hemos actuado, o hacer cosas que nunca hemos hecho. En esos casos es necesario un cambio radical y nuevo y simplemente buscar destruir por completo el sistema de creencias. Por ejemplo, si ver la televisión dos horas al día te ha causado más ansiedad que tranquilidad, es necesario destruir el hábito de ver televisión y cambiar esa práctica por algo que produzca más tranquilidad, como leer o hacer ejercicio.

  7. Momentos de crisis nos ayudan a cuestionarnos cómo es que nuestros propios mapas mentales nos están ayudando a lidiar con la situación de forma positiva o por el contrario, nos están hundiendo en la confusión y la ansiedad. Es importante ser honestos con nosotros mismos y buscar la fuerza y coraje para enfrentarnos a estos paradigmas en situaciones de estrés.

  8. Mantener la capacidad de hacer “Zoom in and Zoom out” a la situación en cuestión: Como todo gran “Problema”, es recomendable siempre mantener la visión más amplia posible, sin perder los detalles que son los que dictan las actividades del día a día.

  9. Es importante no dejarse alarmar por detalles de información que pueden confundirte y ser capaces de elevar tu nivel de visión para ver si realmente vale la pena sobreactuar ante pedazos aislados de información.

También el mantener la capacidad de análisis, y de sentido común, para poder navegar entre tanta información tanto deseada como no deseada es crucial. Un método que personalmente me funciona muy bien es el aprender a priorizar y clasificar la información que recibo todos los días y hacerme los siguientes cuestionamientos:

  1. ¿Qué es realmente importante para mi, y cómo se relaciona esto con las fuentes de información que estoy recibiendo?

  2. ¿Cómo puedo usar mi intuición como guía para aceptar cierto tipo de información y rechazar otra?

  3. ¿Cómo puedo evitar sentirme paralizada ante tanta información, de forma que pueda actuar de manera rápida y pensar de manera más clara?

  4. Aprender a reconocer que la información que recibo y soy capaz de entender es muy limitada, por lo tanto, no puedo generar conclusiones precipitadas

  5. ¿En qué contexto estoy viendo esta información?, ¿Estoy viendo el contexto negativo y fatalista, o el positivo y constructivo?

  6. ¿Cómo puedo alejarme del flujo de información y darme tiempo de reflexionar y tomar mis propias conclusiones, antes de actuar de manera irracional?

  7. ¿Cuál es la información que estoy compartiendo a los demás? ¿Cuál es el efecto que causo al mostrar esta información?

La realidad última es que nadie sabe con claridad qué es lo que pasa en el mundo, y cuál es el futuro que nos espera. Como sociedad colectiva tenemos la responsabilidad de actuar de manera consciente y a favor no sólo de nuestra propia humanidad, pero también a favor del mundo que nos rodea. No podemos predecir el futuro, pero sí podemos hacer algo hoy para construir el mejor futuro posible. Está en nuestras manos.

A menudo pensamos que una sola persona no tiene la capacidad de cambiar al mundo, y que por lo tanto nuestras propias acciones no van a afectar a la situación que nos rodea. Dalai Lama nos invita a reflexionar sobre ello:

“La Humanidad está hecha de individuos. Juntos como individuos, podemos hacer la diferencia. Como individuos, podemos influenciar a nuestras propias familias. Nuestras familias, pueden influenciar nuestras comunidades, y nuestras comunidades pueden influenciar a nuestras naciones. Juntos, podemos hacer de este mundo, un mundo mejor”.

Y el lograr tener mundo mejor, comienza con revisar y mejorar nuestros propios mapas mentales!

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