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Hoy reflexiono sobre la importancia de tomar enserio nuestros sueños. Parece ser que la norma moral por la que nos regimos los humanos es por seguir el estatus quo, lo que nos han enseñado a ser y a creer toda nuestra vida. De niños tenemos la noción – y la ilusión- de algún día poder manifestar ese sueño de SER, ese que se aparece de pronto durante el juego; la esencia escondida que se asoma tímidamente cada que bailamos frente al mar, o cuando cantamos en la ducha y dedicamos monólogos enteros al espejo cuando creemos que nadie nos ve.
El deber ser, se nos vende como algo colectivamente moral- debes ser alguien- alguien que es últil a la sociedad, alguien que puede ganarse la vida, y que puede contribuir al consumismo de la sociedad moderna. Aprendemos que el creer en nuestros sueños es algo absurdo, fuera de lo “normal”. Hemos normalizado la estandarización de las almas humanas. Si no eres una persona “normal” que no participa en la carrera colectiva de 9 a 5, entonces eres raro, inadaptado social, teórico de la conspiración (si criticas el gobierno o a cualquier institución de poder), y simplemente no tienes claras las reglas del juego.
Pero ¿Cuál es el precio que pagamos, cada vez que decides hacer algo que no es congruente con tus sueños y con quien realmente eres?
El precio a pagar suele ser muy caro, incluso impagable. En el intento de ganar esta carrera de consumo y de aparentar ser quien no se es, disfrazados de Louis Vuitton, o Chanel, creemos que una vez que estamos económicamente bien, ya hemos alcanzado el estatus quo aceptable para la sociedad. Pero hay algo siniestro detrás de todo esto. Cada vez que haces algo que te hace sentir presionado, humillado y débil, estás dándole el poder al opresor. Estás siendo parte de una tiranía en contra de ti mismo y de tu alma.
Muy pocas personas toman realmente enserio las sensaciones que el cuerpo les manda cuando algo no está bien- el sentimiento de pesadez e irritabilidad cada Lunes por la mañana no viene de la “flojera” de ir a trabajar. Es una manifestación silenciosa pero real que algo no está bien, que algo no cuadra en tu interior. Tal vez ese trabajo que tienes no te gusta ni te satisface del todo- quizás es demasiado aburrido, o el ambiente de trabajo es opresivo y tóxico, al grado que el simple hecho de saber que tienes que lidiar con esas personas te causa nervios y ansiedad.
Tal vez estamos en un trabajo en donde lo que hacemos no nos llena el corazón de orgullo. Tal vez eres líder de un equipo de trabajo y aunque el título suene elegante como “Líder de proyectos estratégicos” o “Director de transformación digital”- en realidad no se trata más que de leer interminables emails, resolver dramas, pasarte todo el día atado a un escritorio- vendiendo tu alma por el saldo que recibes cada mes- ese es el valor de tu alma, comprada para producir y hacer un trabajo que de otra forma nadie haría.
Trabajar en tus sueños en el mundo actual, es algo revolucionario. Es ir en contra de la tiranía y la opresión. Trabajar en ese maravilloso pero desafiante camino de descubrir quién eres y tener el coraje de mostrarlo al mundo requiere de mucho trabajo interno. Tienes que aprender a discernir sobre las opiniones ajenas y encontrar tu propia opinión. Organizar tu mente y ser capaz de comunicar y transmitir lo que sientes de una manera en la que puedes ser capaz de responder con fuerza y determinación cuando la tiranía se impone y la mayoría calla.
Ser uno mismo es cuestión de amor, disciplina y Fé. El amor es la fuerza transformativa y creadora del universo- Ignorar su influencia en nuestra vida es ir en contra de las leyes naturales de la creación- de la inteligencia infinita y organizadora.
Es por eso que es nuestra responsabilidad ética y moral, tomar enserio nuestros sueños. Darles la importancia y el lugar que realmente tienen en nuestra vida: Nuestros sueños representan el potencial humano – nuestra máxima capacidad de SER.
Trabaja en tus sueños… o terminarás siendo el actor secundario, el “extra” de la película, sin pena y sin gloria.
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